20 edificaciones del Centro se deterioran por falta de uso

En medio de la calle Loja, entre Borrero y Quijano, en San Sebastián, hay una casa verde y blanca en la que el deterioro es evidente. Tiene cinco puertas atravesadas con maderos para evitar el ingreso. La edificación es patrimonial y le pertenece al Municipio.

En los alrededores sólo saben que está sin uso. Mayra Sánchez, moradora del sector, dice que nadie ha entrado o salido de allí en bastante tiempo. Teme que ese abandono comprometa aún más el estado de la edificación.

En la Guayaquil y Morales, en el emblemático sector de La Ronda, hay otras tres casas sin uso. También son de propiedad municipal; una, adquirida por el Cabildo ya en avanzado estado de deterioro, sólo tiene en pie la fachada. 
Como estos sitios hay 16 más que son patrimoniales y están sin uso (20 en total). Esos bienes encarnan una contradicción: fueron adquiridos por el Municipio para conservarlos.

La Dirección de Gestión de Bienes Inmuebles y el Instituto Metropolitano de Patrimonio (IMP) coinciden en que el problema data desde el cambio que se dio del antiguo Fondo de Salvamento del Patrimonio Cultural (Fonsal) al IMP, en el 2010.

Angélica Arias, directora del IMP, explica que el Fonsal tenía una forma determinada para la gestión de los inmuebles. Se trataba de mantenerlos en un fideicomiso para después venderlos, siempre y cuando no sean aquellos de mayor categoría.

Sin embargo, con la Ley Orgánica de Cultura, esa posibilidad fue eliminada y ahora el Cabildo puede arrendar o entregar en comodato las edificaciones a su cargo.

Sin embargo, en estos 12 años, Arias dice que sí se les ha encontrado un uso, pero no han sido ocupaciones sostenibles en el tiempo. Lo cierto es que actualmente están vacíos y no hay nada peor para un bien patrimonial que estar en abandono.

En el Centro Histórico, según Carlos Yépez, director de Gestión de Bienes Inmuebles, hay 1 807 edificaciones. De estas, 364 le pertenecen al Cabildo. En ese grupo están las 20 sin utilidad alguna. Muchas de ellas -afirma- están en mal estado.

Arias comenta que sí hay un monitoreo constante de los predios. Por ejemplo, en edificaciones como la del expsiquiátrico San Lázaro, en la calle Ambato, se vigila de forma regular su estado estructural. Ese predio está catalogado como un bien mayor dentro de los considerados como patrimoniales. En el 2012, la UDLA entregó un plan para ocuparlo. Sin embargo, se echó para atrás.

En otros bienes como el de la Loja o en la misma Ronda, el IMP ha colocado las cubiertas para proteger los techos de las edificaciones que son lo más delicado en las infraestructuras.  Para rescatarlos hay dos vías: la primera es arrendar.

Para eso, el Concejo aprobó una Ordenanza en la cual, según Yépez, se incluyó la opción de que el inversor privado recupere lo invertido en los arreglos para después recuperar esos recursos mediante rebajas en el costo del alquiler. 
La otra es recuperarlos y destinar esos espacios para el funcionamiento de entidades municipales, como la Agencia Metropolitana de Tránsito y la Agencia Metropolitana de Control, entre otras. De esa manera, esas dependencias dejarían de pagar arriendo por oficinas en otras zonas.

El IMP, junto con la Dirección de Bienes, prevé en este año definir un uso y la remediación de esas edificaciones. Arias puso como ejemplo el antiguo Colegio Simón Bolívar, para el que este año se destinarán USD 2 millones para su intervención.

Plan de recuperación

En el Centro Histórico se crearán tres circuitos en las calles de mayor tránsito de peatones. Cristina Reyes, administradora de la Zonal Manuela Sáenz (Centro), explica que el primero empezará en la Basílica y terminará en el Mercado San Francisco. El segundo va desde la Plaza Grande hasta la Mama Cuchara y el tercero también desde la Plaza Grande hasta San Marcos.

En esos recorridos no sólo se encontrarán servicios municipales, sino que se han identificado a los inmuebles que pueden ser arrendados para actividades como hotelería, gastronomía, salas de recepciones o agencias turísticas, entre otras.  Se prevé abrir al público edificaciones, como el mismo IMP, en los que existe un patio colonial que se puede visitar. El programa se denomina Patios activos