La Corte Constitucional entra en renovación

El próximo 5 de febrero, la Corte Constitucional (CC) entra en un proceso de renovación, detallado en la Constitución de la República, en la que indica que su titular no podrá reelegirse, luego de tres años al frente de la institución; además se indica que tres de sus miembros deberán dejar el ente y dar paso a tres nuevos magistrados.

La CC es el máximo organismo de interpretación de la Carta Política. Es un órgano independiente de los demás poderes del Estado y está conformado por nueve magistrados. Su accionar ha sido, desde el 2019, de un carácter renovador. De los oscuros años de fallos medidos con la vara de la política, la CC se había alejado de su verdadero camino, y había puesto su contingente para que el gobernante de turno acaparara más poder y se había consumido en denuncias de una supuesta corrupción galopante.

La CC tiene la atribución de promulgar fallos que sienten jurisprudencia. En esa materia, la anterior Corte en nueve años hizo 10 de estos fallos. La actual, en tres años, 30. Eso muestra su cambio de rumbo, encabezada por Hernán Salgado Pesantes, un académico que en su trayectoria tuvo el alto honor de haber sido magistrado y presidente de la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Esta Corte tomó la decisión histórica de fallar a favor en el matrimonio igualitario y el aborto por violación. Y si bien ha hecho mucho más en materia de derechos humanos.

Dos cosas quedan pendientes. Al heredar 20 088 causas, establecieron tres salas de admisión en vez de una como en la anterior administración, pero aún queda la sensación de que los casos se tardan; la otra es la aplicación de un reglamento para que los magistrados que renuncien antes de entrar al sorteo de renovación sean tomados en cuenta como parte de la reposición.

Para el primer pendiente, Salgado propuso en entrevista con este Diario que las salas finalicen los casos para que no vayan al Pleno, ya que el actual procedimiento es un cuello de botella. Para el segundo, queda la buena disposición de los magistrados de acatar la Constitución y terminar sin polémicas, como ha sido la tónica en estos tres años de nueve para los que fueron elegidos