En el contexto de una ola de violencia y atentados políticos en Ecuador, la toma de posesión del nuevo presidente hoy, 23 de noviembre, se ve empañada por un desacierto en materia de seguridad.
En un momento crítico en Ecuador, la falta de organización y previsión por parte del gobierno saliente de Guillermo Lasso se hace evidente con la ausencia de medidas para el transporte y la seguridad de Roberto Izurieta, próximo Secretario de Comunicación de la Presidencia. Esta omisión resalta la importancia de abordar adecuadamente la seguridad en un ambiente de creciente violencia y atentados políticos.
La responsabilidad recae en el gobierno saliente, y este desacierto pone de manifiesto la necesidad de una gestión más efectiva y precautoria, que ofrece el presidente electo Daniel Noboa. La seguridad de los funcionarios gubernamentales debería ser una prioridad innegociable, y la falta de medidas para garantizar un traslado seguro a un cargo de relevancia como el de Secretario de Comunicación plantea interrogantes sobre la eficacia de las políticas de seguridad del gobierno saliente.
Este incidente subraya la urgencia de una transición segura y bien coordinada, especialmente en un momento en el que la estabilidad del país está en juego. Es imperativo que el gobierno entrante tome medidas inmediatas para rectificar este desacierto y garantizar la seguridad de todos los funcionarios en futuros eventos y compromisos oficiales.
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