El carácter intrépido de Tom Cruise ha provocado que el actor habitualmente se niegue a utilizar dobles para las escenas de acción, como nos ha demostrado en papeles tan icónicos como el de Marevick. El actor retorna ahora como el piloto en el regreso de Top Gun, para el que ha querido que los nuevos protagonistas también vivan su misma experiencia.
Cruise pagó a la marina de Estados Unidos hasta 11.374 dólares por hora para que los nuevos miembros del reparto supieran cómo es volar en cazas F/A-18 Super Hornet, unos aviones de combate construidos por Boeing. Sin embargo, el actor y sus compañeros tuvieron prohibido en todo momento tocar los mandos de las naves.
El actor y productor de Top Gun: Maverick se quedó con las ganas, puesto que el ejército de EE UU prohíbe que el personal no militar conduzca cazas, por lo que sus nuevos alumnos tuvieron que viajar en la parte de atrás. Algo que no impedía que estos condujeran en naves diferentes para el filme, simulando que eran cazas.
Este fue parte del entrenamiento de una película arriesgada, en la que los actores realmente aprendieron a ser pilotos. Unos vuelos reales para aportar verosimilitud a efectos del vuelo habituales, como la Fuerza g o las vibraciones.
Top Gun: Maverick recupera a Pete "Maverick" Mitchel (Tom Cruise), uno de los mejores aviadores de la Armada tras 30 años de servicio. Ahora, este se encuentra al manos del entrenamiento de un grupo de graduados de Top Gun para una misión especializada, entre los que se encuentra el hijo de su difunto amigo "Goose".
La construcción verosímil de esta trama se ha traducido en una recaudación de hasta 1,5 millones de euros, en su estreno el pasado fin de semana en España. Un nuevo logro para un incombustible Cruise.
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