Proyecto Pesillo Imbabura tiene un avance de obra del 64%

La construcción del sistema regional de agua potable Pesillo-Imbabura registra un avance de obra del 64%. Así lo asegura Marcelo Palacios, supervisor técnico de la Unidad de Gestión del proyecto, que beneficiará a 162 comunidades de los cantones Ibarra, Antonio Ante, Otavalo, provincia de Imbabura, Cayambe y Pedro Moncayo, en el norte de Pichincha.

Los trabajos incluyen la construcción del sitio captación, planta de tratamiento, reserva principal, línea principal de la conducción del líquido a gravedad y un sistema de automatización. La concesión es de 700 litros por segundos, que serán distribuidos de acuerdo a la demanda insatisfecha  de cada cantón.

Este es un proyecto en el que 15 juntas de aguas regionales han impulsado desde hace 25 años una lucha social para alcanzar el financiamiento y la ejecución.

El contrato se suscribió el 11 enero de 2017 por un monto de USD 29,5 millones. Según Palacios, fue necesario hacer ajustes al diseño y tramitar autorizaciones para el paso de servidumbre en las comunas por lo que su construcción arrancó el 4 septiembre de ese año.

El sistema tiene varios componentes. La captación está construida en la salida de la laguna de San Marcos, en la parroquia Olmedo (Cayambe). El agua luego irá a la planta de tratamiento de agua potable que tiene un 90% de la obra física avanzada. También hay una reserva principal con capacidad para almacenar 10 000 metros cúbicos y de ahí se distribuirán las tuberías para estas localidades de la Sierra norte.

Palacios estima que con las obras adicionales que se requieren ejecutar esta obra terminará costando alrededor de USD 46 millones. Se aspira que el proyecto esté listo en junio del próximo año, pero eso dependerá de la asignación de los recursos. La obra es financiada por el Banco de Desarrollo del Estado con fondos de la Agencia Francesa de Desarrollo.

En el inicio de la pandemia de covid-19 la ejecución de la obra fue suspendida durante seis meses. Entre los trabajos pendientes está la instalación de 70 kilómetros de la línea de conducción principalmente en los cantones Otavalo y de Ibarra. Para ello, está en trámite la importación de un nuevo lote de tubería de acero que esperan arribe al país hasta marzo 2021. El diámetro de los tubos oscila entre 60 centímetros a 1 metros.

El proyecto cuenta con recursos para indemnizar en casos de afectación al cultivo. Este proceso empezó en cantón Cayambe y luego se extenderá al resto de cantones. A lo largo de la línea de conducción se estima que se cubrirá unos 400 predios.

En octubre pasado se contrató dos consultorías para la operación del sistema. Una de ellas es sobre el modelo de gestión que levanta un estudio socioeconómico para determinar la tarifa y la administración del agua. Para ésta última deben diseñar la conformación de una empresa pública con participación de la comunidad.

Para Doris Saltos, relacionadora comunitaria de la Unidad de Gestión del Proyecto Pesillo Imbabura, en esa propuesta se debe definir la participación de la comunidad con un componente significativo.

El otro es un estudio es sobre las interconexiones que determinará los requerimientos en líneas secundarias de conducción y tanques de almacenamiento que se necesita para cada cantón.

También está pendiente lograr un acuerdo para poder utilizar el túnel del trasvase del proyecto de riego Cayambe-Pedro Moncayo. Saltos menciona que se abrió una mesa de diálogo en la que participan un representante de los cinco cantones, un técnico de la Unidad de Gestión y de la Prefectura de Pichincha